Encabezado

miércoles, 29 de abril de 2009

La grasa en la cintura puede relacionarse con la depresión

Investigadores de la Universidad Rush de Chicago encontraron una relación entre la depresión y la acumulación de grasa visceral, justamente en la cintura, así como con las enfermedades cardiovasculares.
En un estudio que difundió hoy el Centro Médico de esa institución, expone que la grasa acumulada justo alrededor de la cintura, en los órganos internos ubicados en esa región, provocan la depresión.
La investigación, que se difundirá en mayo en una publicación de Medicina Sicosomática, indica que esa misma grasa visceral también aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
"Nuestros resultados sugieren que esa adiposidad central -que comúnmente se llama grasa del vientre- es un camino importante por el cual la depresión contribuye al riesgo para la enfermedad cardiovascular y la diabetes" , dijo Lynda Powell, presidenta del Departamento de Medicina Preventiva del centro médico y coordinadora del estudio.
"En nuestro estudio, los síntomas depresivos fueron relacionados claramente con los depósitos de grasa visceral, que es el tipo de grasa implicado en la enfermedad" , agregó.
El estudio incluyó a 409 mujeres de mediana edad, entre afroamericanas y caucácias, que participaban en un proyecto de la salud que se aplica en el sur de Chicago.
Los investigadores encontraron una correlación fuerte entre la depresión, que determinaron con pruebas psicológicas, y la grasa visceral, la cual midieron con técnicas especiales, particularmente entre mujeres con sobrepeso y obesas.
Los resultados eran iguales incluso cuando el análisis ajustó otras variables que pudieron explicar la acumulación de grasa visceral, tal como el nivel de actividad física.
El estudio no encontró ninguna asociación entre síntomas depresivos y la grasa subcutánea, y los resultados fueron iguales para ambas mujeres blancas y negras.
Powell expresó que la depresión acciona la acumulación de grasa visceral por medio de ciertos cambios químicos en el cuerpo, aunque advirtió que aún faltan más investigaciones para establecer claramente el mecanismo exacto.

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